Surgió como uno de los objetivos de la Asamblea del Año XIII, convocada por el Segundo Triunvirato.
No tuvo éxito, pero sentó las bases para la Constitución Argentina de 1853.
Reconocia la soberanía del pueblo como base del gobierno.
Contenia un división de podere con ejecutivo, legislativo y judicial.
Reconocía derechos individuales, la inviolabilidad del domicilio y la igualdad ante la ley.
Fijaba como religión oficial el catolicismo, pero, garantizaba la libertad de culto.
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